<p>Ameaço y sus acólitos sorprenden a la banda de Ubaldo, lo que lleva a un tiroteo en el que acaban muriendo hombres de ambos bandos. Los seguidores fanáticos de Gastão se reúnen para destruir la hermandad. Le pegan fuego al edificio con Ernesto todavía dentro. Un nuevo Ubaldo santificado se levanta de entre las cenizas de su tragedia, un cancageiro de pura sangre capaz de asesinar a voluntad.</p>